Quizá no lo sepas, pero no existe mayor honor para un pitcher de la MLB que recibir el Cy Young Award. Se trata de un premio que se otorga desde 1956 y que ha caído en algunas de las más talentosas manos dentro del deporte.
Pero, ¿cómo surgió esta presea? ¿De dónde salió su nombre? Para responder a estas preguntas, tendremos que remontarnos a 1889, esa época maravillosa en que Estados Unidos era, en todo sentido, un ‘país bebé’.
En aquel tiempo, en los espléndidos pastizales de Canton, Ohio, un poblado que por entonces comenzaba a abarrotarse de inmigrantes italianos, polacos e incluso negros que huían de la brutalidad del sur, destacaba por su habilidad con la bola un veinteañero que respondía al nombre de Denton True Young.
Hijo de inmigrantes alemanes que poseían una granja en las inmediaciones de Canton, Young disfrutaba como pocas cosas el deporte nacional estadounidense. No obstante, a diferencia de muchachillos más ambiciosos, que morían por marcar home runs y acumular puntos en el marcador, a Cy, como se hacía llamar, lo que le apasionaba era justo frustrarles la vida a esos muchachillos.
Desde muy joven, se destacó como pitcher y así, fue reclutado pronto en el equipo de su ciudad natal. Los cazadores de talento, que por entonces no eran tan sofisticados como hoy en día, encontraron en el joven alemán las cualidades que buscaban para un equipo que por entonces se convertía en el ícono de una gran ciudad en ascenso.
Fue así como Cy llegó con los Cleveland Spiders. En esa ciudad, rodeada por insalubres fábricas de acero y procesadoras de aluminio, Cy hizo algunos de sus marcadores más destacados en el inicio de su carrera. Durante un partido contra los Chicago Colts, la habilidad de Cy con la bola condujo a las Arañas a una victoria memorable en la que desinflaron a su rival con un marcador 8-1.
Esta habilidad, sin embargo, quizá no se habría desarrollado bien si el pitcher estrella no hubiese contado con la complicidad de Chief Zimmer, catcher que lo acompañó durante gran parte de su carrera y con el que mantenía una formidable comunicación. Como podemos apreciar, el beisbol es, en todo sentido, un deporte de equipo.
La carrera de Young continuó creciendo y jugó para una vasta cantidad de equipos entre los que destacaron los Orioles de Baltimore, los Browns de San Luis y los Red Sox de Boston. En este último equipo hizo también algunas maniobras extraordinarias que rivalizan con las que desplegó con las Arañas.
Tras una agitada carrera, ya hecho un adulto célebre y convertido en el terror de los bateadores, Cy Young volvió a Cleveland para jugar con un equipo nuevo, los Naps.
Al final de su carrera, había alcanzado marcas extraordinarias entre las que destacaba su contribución a más de 511 partidos ganados, lo cual lo convirtió en el pitcher más avanzado en ese sentido, rebasando por 94 partidos a Walter Johnson, el segundo en la lista. Fue por ese motivo que, a su fallecimiento, en 1955, se instituyó el premio que lleva su nombre y que hoy se siguen disputando lanzadores de todo el mundo.
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