Durante toda la historia del patinaje artístico, ninguna mujer había sido capaz de alcanzar un giro cuádruple durante los Juegos Olímpicos de Invierno. La explicación que solía darse es que la cantidad de masa muscular que se requiere para generar el impulso adecuado generaba demasiado peso para poder mantenerse en el aire. El cuádruple axel se había mantenido como un deseo inalcanzable para las patinadoras de todo el mundo, que por años habían entrenado para incorporarlo en su rutina.
Respondiendo a los tiempos insólitos que estamos viviendo, el patinaje nos ofreció un espectáculo de lo que se creía imposible. Kamila Valieva se convirtió en la versión moderna de Prometeo, encargada de robar el fuego para llevárselo a los hombres. La patinadora rusa de tan solo 15 años de edad realizó una hazaña digna de leyenda, pues durante la competencia por equipos del patinaje artístico de Beijing 2022, Kamila se elevó en el aire con la fuerza y agilidad de una pantera, logrando el giro cuádruple.
Para la mayoría de los aficionados al patinaje, presenciar este momento histórico fue la conmoción más grande de los Juegos. Habría que ver el rostro de Valieva al final de su número para descubrir algo asombroso e inquietante: a pesar de superar por más de 30 puntos al segundo lugar, Kamila esperaba hacer mucho mejor.
El perfeccionismo y la osadía de alcanzar lo que nadie había logrado antes parece haber enfurecido a los dioses del Olimpo. Después de su participación increíble, se reveló que Valieva salió positiva en un antidopaje por el consumo de trimetazadina, que mejora el desempeño atlético y está prohibido por la Agencia Mundial de Antidoping. El equipo de Valieva reportó que el resultado no fue por consumo del medicamento, sino de contaminación por la medicina que toma su abuelo.
Por otro lado, los fanáticos lamentamos que se descarte a Kamila Valieva del podio. Sin duda, el castigo de Prometeo fue, como el de Kamila, por traernos luz a la humanidad sin pensar el precio.
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