LaMelo Ball es uno de los favoritos para el draft de la NBA de este año, muchos aseguran que posee el talento para ser la próxima estrella del baloncesto profesional, pero también hay quienes aseguran que el chico, aunque tiene gran potencial, “todavía le falta”.
Para conocer mejor a LaMelo hay que empezar por su origen: es el menor de tres hermanos, producto del matrimonio entre LaVar y Tina Ball, ambos fueron jugadores profesionales y se han dedicado a entrenar y encaminar la carrera profesional de sus hijos.
El hijo mayor, Lonzo de 22 años, participó en el draft en 2017 y actualmente juega como base en los New Orleans Pelicans. Por su parte LiAngelo, el chico de en medio, no ha entrado a la liga, pero continúa jugando de manera profesional con la finalidad de ser fichado por un equipo. Finalmente, el menor de esta familia deportista es LaMelo que con 18 años se perfila para estar dentro del top 5 en el draft de este año.
Lo hermanos Ball han sido reconocidos por ser grandes jugadores de basketball, se dice que han sido entrenados desde los 4 años en el deporte y ganaron la atención de los reclutadores y de los medios de comunicación desde que jugaban baloncesto en la escuela secundaria Chino Hills, donde los tres participaban en el mismo equipo.
Sin embargo, LaMelo jugó en varios equipos durante su paso por la escuela secundaria y, aunque en 2013 se apalabró con la UCLA, todo parece indicar que se saltará la etapa del juego universitario para ingresar, lo más temprano posible, a la NBA; se dice que es su padre quien ha elegido el camino que el menor de los Ball ha de recorrer como profesional del baloncesto.
Así, su ultimo año lo pasó jugando en para la Liga Nacional de Baloncesto en Australia, con los Illawarra Hawks. Los expertos que han seguido su carrera señalan que ha tenido una mejora significativa en sus puntajes y estadísticas.
Lo que más se puede resaltar de LaMelo es su complexión física, mide 2.1 metros y cuenta con largos brazos, es hábil en su manejo con el balón, muestra gran dominio del trabajo en equipo con una buena cantidad de asistencias e impresiona mucho con su manejo del rebote.
No obstante, sus observadores también señalan que es distraído en el campo de juego y a menudo toma malas decisiones respecto a la técnica de tiro a elegir. Claramente su físico y técnica lo han llevado a ser uno de los favoritos para el draft de este año, pero ciertamente no será el número uno.
Su padre, que se maneja más como empresario y suele difundir comentarios escandalosos en los medios, declaró que espera que su hijo no sea fichado por los Golden State Warriors, ya que le tomaría al menos tres años ser un jugador base.
En cambio, si fuese reclutado por los Knicks de Nueva York su protagonismo estaría asegurado, objetivo que persigue el patriarca Ball. Inclusive, fuentes cercanas a la familia aseguran que LaVar se encuentra realizando las gestiones necesarias para que su hijo menor se asiente en Nueva York, pero aún no hay nada confirmado.
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