En los noticieros deportivos, resulta cada vez más frecuente enterarse que algún futbolista, durante el ocaso de su carrera, decide abandonar al equipo donde vivió sus mayores glorias para emigrar a una de las llamadas “ligas en desarrollo”, a cambio de reflectores mediáticos, de protagonismo deportivo y, por sobre todo, de un último y multimillonario contrato.
Para las otrora estrellas del fútbol europeo, los destinos más populares suelen ser, por un lado, las ligas asiáticas como la de China, la de los Emiratos Árabes y la de Qatar, y por otro, literalmente, la Mayor League Soccer (MLS) de los Estados Unidos, liga cuyos progresos en cuanto a profesionalismo y competitividad han venido a la alza.
Sin embargo, ¿qué vuelve a la MLS una residencia futbolística tan atractiva? Las respuestas son muchas y muy variadas, pero puede decirse que el creciente nivel de competencia así como la calidad de vida ofrece un país primermundista, serían dos de las más populares. El glamour que expelen ciudades como Los Ángeles, Chicago o Nueva York parecería ser sólo un bono extra al momento de elegir tal o cual equipo.
En 2007 sucedió un hito en la historia de la MLS. Gracias a la nueva regla del jugador franquicia se logró la contratación de David Beckham, el cual, procedente del Real Madrid, fichó para Los Angeles Galaxy. Con la llegada del ex galáctico a tierras californianas, los ojos de todo el mundo voltearon hacia el futbol estadounidense. Tras los pasos del inglés arribaron jugadores como Cuauhtémoc Blanco y Juan Pablo Ángel, figuras del balompié latinoamericano, que ficharon para el Chicago Fire y los New York Red Bulls, respectivamente. En los siguientes años, la desbandada hacia la MLS no se hizo esperar: Wayne Rooney llegó al DC United, Kaká lo hizo al Orlando City SC, Thierry Henry y Rafael Márquez al New York Red Bulls, David Villa, Lampard y Andrea Pirlo al New York City FC, y Steven Gerrard y Zlatan Ibrahimović a Los Ángeles Galaxy.
Si bien es cierto que, a razón de la edad de los futbolistas importados, la Mayor League cargó un tiempo con el estigma de ser poco menos que un cementerio de elefantes, en fechas recientes sus objetivos han cambiado. Lejos de ser una competición decadente, la apuesta actual es que la liga se nutra del talento joven, y así convertirse, al mismo tiempo, en un trampolín al futbol europeo. Gonzalo “Pity” Martinez, Josef Martínez y Carlos Vela son ahora las estrellas de un torneo en el que el promedio de edad ha registrado un descenso de más de dos años con respecto a las cifras del 2012, pasando de los 27.9 años de aquél entonces a los 25.8 años de hoy en día.
La MLS ya no comulga con la noción de ser percibida como un torneo para el retiro. No por nada, Fernando Clavijo, director deportivo del FC Dallas, fue muy tajante en las declaraciones que hizo ante los medios: “Si la intención de algunos jugadores consagrados es desembarcar en la MLS sólo para decirle adiós al fútbol, ya no son bienvenidos”. Y tal vez así sea.
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