Las comparaciones son odiosas pero inevitables. En nuestro afán por jerarquizarlo todo, resulta casi imposible no caer en el juego de juzgar tal cosa mejor que esa otra, o decir que esta persona tiene más talento que las demás. El deporte, por supuesto, suele ser terreno fértil para las comparaciones. Nos gusta saber quién es el mejor de la especialidad en un intento por establecer nuestros referentes, nuestros ejemplos a seguir, los ídolos.
En el caso del automovilismo nacional, el nombre de Sergio Pérez ya se encuentra, aunque le pese a algunos cuantos, en lo más alto del ranking.
Lo que el de Jalisco ha logrado en sus 10 años de carrera en el máximo circuito es para destacar, considerando que el automovilismo profesional de hoy en día es un deporte en donde el éxito o el fracaso está intrínsecamente ligados a los avances en la ingeniería y la innovación tecnológica de los equipos y las escuderías.
Año con año, las nuevas mejoras a los vehículos se conjugan con la pericia de los pilotos para que los bólidos sean cada vez más rápidos, eficientes y seguros.
Los aficionados más severos le exigían a Sergio Pérez una victoria en la Fórmula 1 para poder siquiera confrontarlo con lo hecho por los Hermanos Rodríguez, en específico con Pedro y sus dos triunfos de 1967 y 1970.
Desde que dejó McLaren en 2013 y firmó para Force India (que luego se convertiría en Racing Point), llegar primero a la bandera a cuadros se volvió una obsesión para Checo. Finalmente, el pasado 6 de diciembre del 2020 —luego de 10 temporadas, 190 Grandes Premios arrancados, 10 podios y 706 puntos— consiguió coronarse en el Gran Premio de Sakhir, la joya de la corona de una exitosa carrera a la que todavía se le auguran grandes fines de semana.
Sin demeritar los triunfos de Pedro Rodríguez, la victoria de Sergio, tomando en cuenta que la logró con un auto Racing Point y en la era del dominio absoluto de los Mercedes, adquiere otra dimensión y la convierte en una hazaña que lo encumbra al más alto lugar en la historia del automovilismo mexicano.
Por si fuera poco, la victoria en Sakhir no pudo llegar en mejor momento: justo cuando su contrato con Racing Point llegaba a su fin, y se rumoraba que Checo Pérez podría quedarse sin equipo y, posiblemente, abandonar la categoría.
Sin embargo, la hombrada que Checo consiguió aquella tarde en el circuito Internacional de Baréin, recuperándose de un toque de Charles Leclerc en el inicio de la carrera que lo mandó al último lugar, para enseguida comenzar a remontar lugares y acabar ganando la carrera, fue una muestra de su talento que terminó de convencer a los directivos de Red Bull Racing para ficharlo para la temporada 2021, compartiendo escudería con el belga Max Verstappen.
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