
Casino Royale es recordada como una de las mejores películas de James Bond, destaca por el duelo de póker entre el 007 y Le Chiffre. La escena es una masterclass de tensión cinematográfica, de eso no hay duda, aunque Bond nunca debió ganar esa partida. ¿Por qué? Vamos a analizarlo.
Los tres juegos
El juego de póker está divido en tres actos, cada uno con un propósito narrativo:
La primera derrota: Al principio, Bond pierde de manera intencional para estudiar el comportamiento de Le Chiffre, identificando su “tell” (gesto con el pulgar).
Una trampa psicológica: En la segunda mano, Le Chiffre manipula su propio “tell” para engañar a Bond, quien cae en la trampa y pierde millones con un full house contra cuatro jotas. Un momento que, sin duda, deja en evidencia la arrogancia de 007, quien confía demasiado en su intuición.
El gran final: La mano final es donde la película se aleja por completo de la realidad. Bond gana con un straight flush (A♣-6♣-7♣-8♣-9♣), una mano que no existe en el Texas Hold’em, ya que las escaleras requieren cinco cartas consecutivas.
Le Chiffre, en cambio, tenía un straight flush legítimo (9♣-10♣-J♣-Q♣-K♣), que en cualquier torneo real lo habría coronado como vencedor.

Lo que salvó a Bond
Es en este punto donde varios foros han debatido sobre si era “matemáticamente ” posible que Bond ganara.
Al analizar las cartas, el fallo está así:
Cartas comunitarias: 6♣-7♣-8♣-9♣-10♣
Mano de Le Chiffre: J♣-Q♣ → Straight flush (9-K)
Mano de Bond: A♣-6♣ → Solo un flush (A-6-7-8-9, no consecutivo)
En la vida real, Bond no tenía ninguna posibilidad de ganar. Su mano ni siquiera era un straight flush (escalera real), sino un simple flush (escalera), muy inferior a la de Le Chiffre. Si el juego hubiera sido real, 007 habría perdido todo su dinero y la misión habría fracasado.
¿Por qué Bond ganó?
Bueno, a decir verdad ganó por la magia del cine. Narrativamente, la victoria de James Bond no se basa en la lógica, sino en la suerte, una cualidad que tiene el espía. Digamos que es un guiño a la idea de que el agente siempre encuentra la manera de ganar.
Y dentro del mundo real, el guionista Paul Haggis admitió años después que no consultó a expertos en póker. La escena es una de las mejores en el cine, la victoria de Bond es ilegítima bajo las reglas del póker (o de la lógica).
Johan Martínez
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