Cuando se habla de carreras de autos, hay dos instituciones fundamentales: NASCAR y el Campeonato Mundial de Fórmula 1. No obstante, ambos son muy diferentes. Mientras que en F1, cuyo punto gravitacional está en Europa, concursan autos especialmente diseñados para la velocidad, los vehículos de NASCAR tienen diseños más convencionales, lo cual no les impide alcanzar grandes velocidades con sus potentes motores.
NASCAR nació como un fenómeno fundamentalmente estadounidense. La Segunda Guerra Mundial acababa de finalizar y las ensambladoras de Detroit eran un hervidero de trabajadores de diversos orígenes étnicos. En medio de ese panorama de bonanza, la industria automovilística estadounidense encontró un nicho para mostrar su poderío. Fue así como en 1949 surgió la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles en Serie (NASCAR, por sus siglas en inglés), que organizó su primera competición en la ciudad de Daytona Beach, Florida.
La razón por la cual los vehículos de NASCAR tienen diseños convencionales, se debe a que las primeras competencias tomaron como modelo los ‘arrancones’ que organizaban los grupos criminales para practicar estrategias de huída. Muchos de los primeros pilotos de NASCAR, eran de hecho antiguos miembros de la mafia cuya habilidad al volante habían perfeccionado durante los años de la prohibición de alcohol, cuando debían huir de la policía a toda velocidad.
El hecho de que los automóviles en las carreras de NASCAR fueran modelos ‘comunes’ sin grandes modificaciones, favoreció que muchos accidentes terminaran de forma trágica, lo cual obligó a los organizadores a permitir ciertas modificaciones en los vehículos con el propósito de disminuir las muertes por accidente. En 2007, se creó un modelo de carrocería única para utilizarse en las competencias de NASCAR: el ‘Automóvil del Mañana’, capaz de alcanzar los 865 caballos de fuerza.
Los circuitos para la realización de estas carreras tienen, típicamente, forma ovalada y superficies de asfalto. La principal carrera de NASCAR se sigue realizando en Daytona Beach y consiste en realizar un recorrido de 50 millas en el autódromo de esa ciudad. Otras carreras importantes dentro de la organización son las 500 millas de Indianápolis o el circuito de 12 horas de Sebring, también realizado en Florida y pensado principalmente como una prueba de resistencia para los automóviles.
Las persecuciones policíacas dieron origen a uno de los espectáculos más estadounidenses del mundo. No obstante, desde su escabroso origen, este deporte no ha hecho más que aumentar su sofisticación en uno de los países que más destacan por su producción automovilística.