Para rastrear los orígenes del futbol mexicano debemos remontarnos a finales del siglo XIX, luego de que este deporte —o las primeras versiones del mismo— fuera introducido al país por obreros británicos que trabajaban en las minas de Hidalgo. En un principio, este proto-futbol era practicado exclusivamente por extranjeros radicados en México.
El club de los Albinegros de Orizaba se fundó en 1898 bajo el nombre de Orizaba Athletic Club, una escuadra que se dedicaba a practicar el cricket, pero que comenzó a patear balones por ahí de 1901.
Sin embargo, hay registros de que en 1892 se jugó un partido en el que un equipo de mineros ingleses se llamó Pachuca Football Club. Tres años más tarde, en 1895, este se fusionó con el Pachuca Cricket Club y el Velasco Cricket Club para fundar oficialmente el Pachuca Athletic Club, primer equipo de futbol del país, por lo que desde entonces a la ciudad se le conoce como ‘la cuna del futbol en México’.
El deporte se popularizó rápidamente, y enseguida surgieron el Reforma Athletic Club, el British Club y el México Cricket Club, equipos que, junto con Pachuca y Orizaba, formaron la Liga Mexicana de Football Amateur Association, el tatarabuelo de la actual Liga MX.
La fiebre por el deporte se expandió con rapidez entre la sociedad mexicana, tanto en provincia como en la capital, y durante los primeros años del siglo XX irrumpieron equipos como Real España, América, Asturias, Amicale Française, Luz y Fuerza del Centro, Morelos, Sporting de Veracruz, Iberia de Córdoba, ADO de Orizaba, Atlas y Guadalajara, que sentarían las bases de nuestro futbol actual.