
En las profundidades boscosas de Chihuahua, donde las temperaturas llegan hasta los menos diez grados centígrados en invierno, habita un pueblo con vocación de atleta. Indomables e independientes, los rarámuri, conocidos erróneamente como ‘tarahumaras’, fueron uno de los últimos focos de resistencia a la dominación española.
Todavía en el siglo XX, se organizaban para resistir contra los intentos del Estado Mexicano por reprimir sus tradiciones y modo de vida. Esta forma de vivir, seminómada y sujeta a las condiciones orográficas de la Sierra Madre Occidental, ha permitido a la población rarámuri desarrollar una condición física envidiable.
En su lengua, ‘rarámuri’ significa «el de los pies ligeros». Desde pequeños, a los niños de esa comunidad se les inculca el aprecio por la actividad física y la velocidad. En su vida cotidiana, los niños rarámuri pueden recorrer varios kilómetros en un solo día, lo que al final se traduce en una gran habilidad para las carreras de velocidad.
Durante las últimas décadas, algunos miembros de la comunidad han llevado su talento a maratones y competencias de todo el mundo. El caso más célebre es el de Lorena Ramírez. Originaria del municipio de Guachochi, Ramírez llamó la atención a nivel internacional cuando en 2018 se posicionó como una de las cinco mejores corredoras del mundo durante el ultramaratón Bluetrail de Tenerife, en España.
Un detalle interesante es que Ramírez, como otros corredores rarámuri, compitió utilizando su traje tradicional, que consiste en un vestido verde con estampado de manzanas rojas y un par de huaraches negros. Poco después, a la gloria rarámuri se sumaron los corredores Santiago, Mario y Juana, quienes lograron campeonatos en los Maratones Internacionales del Oso Polar, celebrados en Manitoba, Canadá. En esta competencia, los participantes corren en entornos donde la temperatura alcanza los 20 grados bajo cero. Esto, claro, no es problema para los rarámuris, que están acostumbrados a la temperatura extrema.
Casos como estos son cada vez más comunes en el mundo de las carreras y el maratonismo. De seguir así, quizá lleguemos a un punto en que los rarámuris sobrepasen a otros pueblos célebres por su agilidad y entrega al utilizar sus pies.