
Que el golf es un deporte elitista es algo que todos y todas sabemos. Sin embargo, no todos los campos de golf son iguales.
Muchas personas se sorprenderían al saber que el más exclusivo club del país está en el Estado de México y no en una playa o un paisaje exótico, pero el hecho es que se trata de un lugar no solo impresionantemente elitista, sino también reconocido a nivel internacional.
Localizado en el municipio de Naucalpan, en el fraccionamiento conocido como Lomas Hipódromo (una de suerte de satélite para Lomas de Chapultepec), el Club de Golf Chapultepec está rodeado por las residencias de algunos de los hombres y mujeres con más poder en nuestro país.
Por ejemplo, a poco menos de dos kilómetros, sobre el Paseo de las Palmas, tiene su domicilio Carlos Slim, considerado el hombre más rico de América Latina y también cerca, en Tecamachalco, habita un número considerable de empresarios textileros.
Esto por no mencionar a los políticos que han hecho de la zona norponiente de la CDMX, un lugar predilecto para residir o incluso a las celebridades, de las cuales varias cuentan con mansiones cerca de este club deportivo.
Ubicado relativamente a mayor altura que el resto de la Zona Metropolitana, este club de golf cuenta con vistas privilegiadas hacia los rascacielos localizados sobre Avenida Reforma y Circuito Interior, haciendo de jugar aquí, una experiencia empoderante que genera a los jugadores habituales la sensación de que tienen el mundo a sus pies.
Con una longitud de más de seis kilómetros, los 18 hoyos del campo están rodeados de pasto siempre cortado a la perfección y cuidado con esmero artístico. Un detalle importante sobre este lugar es que alberga una de las cuatro sedes del Campeonato Mundial de Golf desde 1999. Se trata de una competición disputada por los 72 mejores jugadores del mundo.
Estrellas internacionales de la talla de Tiger Woods han dejado aquí su huella y se han llevado a casa un sabor del mejor campo de golf en el país y, sin duda, uno de los mejores del mundo.
El lugar es tan exclusivo que no hace publicidad y no la necesita, de todas maneras, pues solo las personas más influyentes pueden acceder a sus instalaciones.
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