
Cuando hablamos de casinos hoy en día, solemos pensar en juegos de azar, luces brillantes y emociones al filo de la apuesta. Pero los casinos son mucho más que eso, a lo largo de su historia han sido parte de momentos históricos en todo el mundo y en México no fue la excepción. A finales del siglo XIX y principios del XX los casinos ocupaban un lugar estratégico, particularmente el Casino Español de México. Un espacio de encuentro, prestigio y poder para la élite de la comunidad española residente en el país, de acuerdo con la historiadora Ana Lía Herrera-Lasso.
Un espacio exclusivo para los poderosos
Fundado en el siglo XIX, el Casino Español no estaba abierto a cualquiera. No se trataba solo de un lugar de convivencia para inmigrantes, sino de un círculo selecto dentro de la misma colonia española, donde solo quienes contaban con fortuna, empresas sólidas y conexiones estratégicas podían formar parte.
Entre sus pasillos y salones no solo se celebraban bailes o tertulias; también se discutían negocios, se afianzaban alianzas y se estrechaban lazos con la burguesía mexicana y la clase política. La membresía en el Casino era un pasaporte a un mundo donde la influencia económica y el prestigio social iban de la mano.
De la comunidad española a las élites mexicanas
Con el tiempo, los socios del Casino se fueron acercando cada vez más al poder político. Durante el Porfiriato, un periodo de 30 años en los que gobernó Porfirio Díaz previo a la Revolución mexicana. Los vínculos con el presidente Díaz y su gabinete eran evidentes: banquetes, fiestas y homenajes creaban un puente entre la élite española y las altas esferas mexicanas
Este proceso revelaba un fenómeno interesante: el Casino se convirtió en una élite dentro de la élite, ya que no todos los inmigrantes españoles tenían acceso a sus salones. Solo unos cuantos empresarios y personajes influyentes lograron consolidarse allí, diferenciándose del resto de sus compatriotas que vivían en México.
Más que un club, un símbolo de poder
El Casino Español fue, en su apogeo, un emblema de exclusividad. Para sus miembros, no solo representaba un lugar de recreo, sino también un escaparate de poder económico y social. Aunque con la Revolución Mexicana su influencia disminuyó, el Casino dejó una huella en la historia como el reflejo de un grupo que supo posicionarse en lo más alto de la pirámide social.
Actualmente el Casino Español México sigue abierto al público, aunque ahora es un restaurante de lujo de comida española, un salón de eventos y una biblioteca. Está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Calle Isabel la Católica, 29.
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