Como bien lo decía el ideólogo y pensador Juan José Laboriel López, «la vida es una tómbola». No es raro que aquél que nace con dotes para tocar la flauta transversal acabe dirigiendo una plataforma petrolera, ni que ese otro, llamado a seguir los pasos de su padre en las esferas de la diplomacia decida labrarse una carrera en el mundo del modelaje.
La decisión que tomemos hoy puede definir dónde nos encontremos dentro de 20 años. Esto, por supuesto, no es sorpresa para nadie, aunque a veces nos lo parezca cuando echamos un vistazo al pasado y vemos cuánto han cambiado las cosas.
Muchos de los actores más famosos irrumpieron en Hollywood sin haber pisado una academia de actuación, por decir lo menos. Varios se dedicaban a cosas completamente distintas antes de conseguir sus primeras audiciones, e incluso algunos pudieron haber sido exitosos en esa otra disciplina de no habérseles atravesado la propuesta de un productor de cine.
Tal es el caso de Jason Statham, el cual, previo a convertirse en actor de películas de acción y ser mundialmente reconocido por la saga de Transporter, fue un destacado clavadista que representó al Gran Bretaña en los Juegos de la Commonwealth de 1990, a punto de convertirse en atleta olímpico.
Terry Crews, por su parte, no obtuvo el musculoso cuerpo que tiene preparándose para las películas de The Expendables, sino que lo forjó durante sus grandes campañas en la Western Michigan University y, posteriormente, en los Los Angeles Rams para los que jugó durante seis años en la NFL.
Otros actores que ostentan un pasado en el futbol americano colegial son John Goodman y Ed O’Neill. El actor de Los Picapiedra y El gran Lebowski jugó en la Southwest Missouri State University, mientras que la estrella de Modern Family lo hizo para la Youngstown State University. Este último fue fichado en 1969 por los Pittsburgh Steelers, aunque salió del equipo antes del comienzo de la temporada regular.
Esther Williams, famosísima por sus películas musicales con espectáculos acuáticos durante la era dorada de la Metro Goldwyn Mayer, nunca ocultó su pasado como exitosa nadadora. De hecho, la llamada “sirena de Hollywood” fue campeona nacional, marcó un récord en los Estados Unidos y estuvo a punto de ir a los Juegos Olímpicos de 1940, de no haber estallado, un años antes, la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, la actriz Hilary Swank también fue, hasta los 16 años, una talentosa y prometedora nadadora, prueba de ello es que llegó a competir en las Olimpiadas Junior en natación y alcanzó el quinto puesto como mejor atleta juvenil en el estado de Nebraska. El divorcio de sus padres provocó que se mudara a Los Angeles, en donde estudió arte dramático y comenzó a actuar en teatro de manera profesional.
Caso particular es el del actor italiano Carlo Pedersoli, mejor conocido como Bud Spencer. El que más tarde se convertiría en una de las leyendas del cine del género spaghetti western, fue, en su juventud, un prodigio de la natación, siendo 7 veces campeón italiano en los 100 metros libres.
Por si esto fuera poco, consiguió medallas para su país en los Juegos Mediterráneos de 1951 y 1955, además de participar en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Roma 1960.
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