Con el estadio Akron engalanado para la ocasión y repleto de rostros conocidos en la vida pública, la pelea fue un espectáculo de primera.
La entrega de ambos boxeadores, así como la persistencia de Ryder hasta el último round, mantuvo a los asistentes al borde del asiento.
Canelo se lució en las tierras de tequila y mariachi, sacudiendo por completo a su ciudad natal. Cada detalle estuvo cuidado y hasta el réferi se robó la cámara al portar un moño de charro.
Con una decisión unánime, Saúl Álvarez ganó el encuentro contra John Ryder y mantuvo sus cuatro títulos.
No basta ganar por puntos cuando eres el anfitrión de la Perla Tapatía; muchos de los expertos esperaban una victoria del Canelo con un KO, pero no todo podía ser perfecto.
Sin duda, no todos son profetas en su tierra, pero hoy El Canelo demostró lo que se necesita para ser una excepción.
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