El boxeo es un deporte de técnica y resistencia, de toma y daca o, como dicen los ingleses, de tit for tat. Desde sus comienzos, los peleadores se han subido al ring para luchar y saber quién de los dos puede dar más golpes, o quién es capaz de seguir soportándolos.
Hace un siglo el límite de rounds no existía, por lo que los luchadores se enfrentaban a puño limpio hasta que sólo uno de ellos quedara en pie. El 6 de abril de 1893, Jack Burke y Andy Bowen se tundieron durante 110 rounds de 3 minutos cada uno, tomándoles 7 horas y 19 minutos completar un combate que finalizó en un salomónico empate, y que a la postre se convertiría en la pelea más larga registrada en la historia del boxeo.
En el otro extremo de la balanza, sucede que a algunos boxeadores no les toma más de uno o dos rounds dominar y noquear a su rival. Mike Tyson, por dar un ejemplo, se volvió famoso luego de finiquitar muchos de sus combates durante el primer episodio, algo que no dejaba muy contentos ni a las televisoras ni a los anunciantes.
El aficionado que invertía sus ahorros para comprar un boleto apenas y le daba tiempo de darle una mordida a su hot dog antes de que el rival de ‘Iron Mike’ ya estuviera dormido en la suave colchoneta del cuadrilátero.
Tyson, sin embargo, no posee el récord del knockout más rápido de la historia. De hecho, ni siquiera se acerca. Esta marca se encuentra en manos de Phil ‘The Drill’ Williams, un pugilista más bien desconocido que noqueó a Brandon Burke en 2007. Curiosamente, mientras que un Burke aguantó una batalla campal de 110 asaltos, otro Burke, 114 años después, soportó sólo 10 segundos dentro de los encordados.
A Williams le bastó con darle un volado de derecha para dejar a su rival con la frente en el suelo. La pelea en sí misma resultaba irrelevante. Los peleadores eran casi novatos (Williams tenía un récord de 3-0 mientras que Burke un 0-2-1) y no se disputaba ningún título de por medio, de modo que, de no ser por aquella súbita duermevela, hoy muy pocos la recordarían.
Y si ese récord parecía muy difícil de superar, en el boxeo femenil, hace un par de meses, se demostró lo contrario. El 24 de julio del pandémico 2020, la boxeadora estadounidense Seniesa Estrada, que defendía su título minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, se enfrentó a Miranda Adkins, su rival y compatriota.
Esta última entró al combate como quien va a saludar a un amigo, completamente desprevenida, trance que aprovechó Estrada para conectarle una ráfaga de seis golpes y liquidar la pelea en tan sólo 7 segundos, dejando a Adkins fulminada, mirando los reflectores.
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