La cara oculta del deporte suele mostrarnos un almanaque de egos contrariados, de competitividad enfermiza y de un elevada frustración ante la sola idea de la derrota.
En su afán de obtener la más mínima ventaja frente a su rival, algunos deportistas —no importa si son los mejores del mundo o si engrosan las filas de la mediocridad— caen en la tentación de cometer una deslealtad, incurriendo en trampas que les garanticen la victoria. Por suerte, muchos de ellos han sido descubiertos y sancionados, como fue el caso de estos cuatro atletas.
Marion Jones
La alguna vez llamada ‘Novia de América’ dominó el mundo del atletismo durante los años noventa, imponiendo marcas de salto de longitud y de velocidad, y consiguiendo innumerables títulos con el seleccionado de las barras y las estrellas, incluidos oros olímpicos y mundiales.
Sin embargo, el Caso Balco salió a la luz, y con Jones como una de sus protagonistas, se supo que la atleta consumió, de forma sistemática, el esteroide sintético THG, sustancia prohibida por la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos.
En octubre de 2007 admitió haber prestado falsa declaración ante agentes federales. Por el delito de perjurio fue condenada a seis meses de cárcel más dos de libertad condicional. Además, se vio obligada a devolver las medallas olímpicas que obtuvo en Sidney 2000, y todas sus marcas fueron eliminadas.
Actualmente da charlas en el programa Take a Break, en donde cuenta su experiencia y buscar ayudar a los jóvenes y les aconseja a tomar decisiones correctas.
Luis Resto
El 16 de junio de 1983, Luis Resto, un boxeador puertorriqueño de mediana categoría y 29 años de edad, se enfrentaba a la joven promesa Billy Collins Jr., amplio favorito para ganar la pelea.
En un Madison Square Garden abarrotado a causa del evento principal entre Davey Moore y Roberto Duran, los asistentes fueron testigos de una de las peleas más sucias en la historia del pugilismo profesional. Se suponía que Collins Jr. dominaría el combate, sin embargo, para el tercer round ya tenía la cara muy golpeada, y el puertorriqueño parecía estar dominando el combate.
Golpe a golpe, Collins fue haciéndose más débil, al grado de que el réferi le preguntó en varias ocasiones si quería que detuviese el combate. En una de sus citas a su esquina, Collins Jr. le aseguró a su padre: «No creí que Resto pegara tan fuerte. Pareciera que tiene ladrillos en las manos». El joven aguantó una paliza durante doce rounds, al término de los cuales su rostro acabó convertido en una masa informe.
La pelea se decidió por puntos y Resto resultó vencedor por decisión unánime. Después de abrazarse y consolar a su rival, Resto saludó al entrenador y padre de Collins, que en ese momento dio con la trampa. «¡Todo el relleno está fuera del maldito guante!», exclamó Collins Senior. Resto intentó zafarse pero ya era muy tarde. Los guantes fueron analizados y posteriormente se descubrió que la espuma del mismo había sido removida y sustituida por yeso.
Collins Jr. terminó en el hospital, con una lesión en la retina del ojo derecho y severos daños en el izquierdo. De milagro no quedó ciego, aunque las secuelas le impidieron volver a subirse al ring y puso fin su carrera. Luis Resto quedó inhabilitado del boxeo por el resto de sus días. La familia de Collins llevó el caso a los tribunales, en la que Resto recibió una condena de tres años de cárcel por agresión y conspiración.
Tonya Harding
A finales de los años ochenta y principios de los noventa, Tonya Harding y Nancy Kerrigan eran, en opinión de muchos, las dos mejores patinadoras sobre hielo del mundo. Harding había logrado ser primera patinadora de su país — la segunda en la historia— capaz de completar en competición un salto de Triple Axel.
Posteriormente fue campeona de Estados Unidos en 1991, repitiendo el título en 1994, año en el que se vio envuelta en un escándalo deportivo donde tanto su entonces esposo, Jeff Gillooly, como su guardaespaldas, Shawn Eckhardt, planearon un ataque en contra de Nancy, contratando a un matón para que le partiera una pierna y así eliminarla de toda competencia en la disciplina.
El 30 de junio de 1994, tras confirmarse los hechos, le fue retirado su título del Campeonato de Estados Unidos de aquel año, y se le declaró culpable de obstaculizar la acusación luego de que la Asociación de Patinaje Artístico de los Estados Unidos (USFSA, por sus siglas en inglés) concluyera que Tonya sabía del ataque antes de que ocurriera y mostró «una clara indiferencia por la justicia, el buen espíritu deportivo y el comportamiento ético».
Si bien libró la cárcel, Tonya Harding fue suspendida de por vida por la USFSA.
Lance Armstrong:
Armstrong logró lo que ningún otro ciclista en el mundo: ganar 7 veces el Tour de France de manera consecutiva, de 1999 a 2005. Se retiró del ciclismo profesional después de su último Tour, si bien regresó en 2008 para luego, definitivamente, ponerle fin a su carrera en 2011.
Al año siguiente fue acusado de dopaje sistemático por la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos (USADA). En palabras de Travis Tygart, el director de dicha agencia, «las pruebas muestran más allá de cualquier duda que el equipo ciclista US Postal —al que pertenecía y lideraba Armstrong— puso en marcha el programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte haya conocido en su historia».
Luego de un sinfín de dimes y diretes se confirmaron los cargos, retirándosele todos y cada uno de sus Tours, y se le expulsó del ciclismo profesional al hacerse acreedor de una suspensión vitalicia.
Jesús dice
El caso de Ben Jonshon?
También fue muy sonado.