Pocas veces nos ponemos a pensar en el material del que están hechos los artefactos deportivos que usamos todos los días. Los utilizamos y asumimos que son casi naturales, que se dan en árboles o en la tierra. Lo cierto es que hay grandes industrias activas para que balones, guantes, raquetas y uniformes lleguen hasta nuestras manos.
Las pelotas de béisbol no son una excepción, pero ¿te has preguntado de qué están hechas? En un principio, era el núcleo, una pequeña esfera de goma con apenas 10 centímetros de circunferencia; alrededor de esta esfera se constituye el relleno, que por lo general es de estambre. El relleno de una sola pelota puede llegar a medir hasta 370 metros de longitud, más de la tercera parte de un kilómetro.
Alrededor del relleno, la pelota lleva dos láminas de cuero o piel en forma de ocho que deben coserse con hilo para asegurar que permanezcan unidas. Una vez que se les une, las láminas se humedecen para que la pelota sea suave, pero además cuente con los parámetros necesarios para garantizar su duración.
La costura de estas dos láminas cuenta con 88 pulgadas de hilo o Nylon rojo, y se cierran con un total de 216 puntadas. Una vez hecho este procedimiento, la pelota está lista para pasar al campo y comenzar su vida útil.
Por supuesto que, en un tiempo caracterizado por su alta sensibilidad respecto a la vida de los animales, el cuero ha sido progresivamente sustituido en algunos casos por materiales sintéticos que lo imitan. No obstante, esto es aún una anomalía, pues la mayoría de los equipos y ligas de beisbol siguen prefiriendo que su pelota venga desde la piel de una vaca.
A pesar de esto, algunos jugadores y entrenadores se han mostrado abiertos ante la posibilidad de utilizar cuero sintético, por lo que no sería raro que en un futuro, la mayoría de las pelotas se produjeran con materiales no naturales.
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