Para cientos de fanáticos del futbol alrededor del orbe, el lanzamiento del álbum Panini del Mundial es considerado el inicio de los festejos que anteceden a la Copa del Mundo.
Si bien Panini es al día de hoy un fenómeno de ventas y el líder absoluto en el sector de las estampas y las trading cards, su origen es por demás modesto, y se remonta a los años de posguerra.
En 1945 la familia Panini atendía un pequeño quiosco en Módena, Italia. Al ver que el negocio se hallaba en la venta de prensa deportiva, Benito, Guiseppe, Franco y Umberto Panini comenzaron una compañía de distribución de periódicos, y más tarde, en 1961, fundaron la editorial mundialmente famosa que lleva su apellido.
Los hermanos se dividieron las funciones de la naciente compañía: Guisseppe tomó el rol de gerente general, Benito se adueñó el puesto administrativo, Franco el de la distribución y Umberto se hizo cargo de todo lo relacionado a los procesos de producción, echando mando de su experiencia luego de trabajar en la planta de Maserati. De hecho, una de las innovaciones de Umberto fue el diseño de una máquina que insertaba tarjetas en sobres de manera automática, pieza clave para el futuro éxito de la empresa.
Ese mismo año se lanzó al mercado el primer álbum Panini, dedicado al campeonato italiano de futbol, el cual fue bien recibido entre los fanáticos del calcio. El álbum llegó a todos los rincones del país, y muy pronto el furor por completar la colección se expandió por el resto de Europa. Solo el primer año vendieron 3 millones de sobres, el segundo 15 millones y al año siguiente 29 millones. Así, el imperio de los cromos comenzaba a instaurarse.
Para la edición de México 1970, Panini publicó su primer álbum dedicado a la Copa del Mundo. En aquella edición los coleccionistas todavía debían fijar sus calcomanías con pegamento. De hecho, fue hasta un año más tarde, en el álbum de la liga italiana del 71-72, cuando se introdujeron las estampas autoadheribles.
Desde 1970 y hasta la última edición de la Copa del Mundo, la de Rusia 2018, cada cuatro años, de manera ininterrumpida, sale a la venta un nuevo álbum futbolero de Panini. La pasión que genera no distingue edades. Niños de primaria y adultos con corbata se reúnen a intercambiar sus estampas repetidas con miras a llenar los espacios vacíos lo antes posible.
Como suerte de mnemotecnia, el simple hecho de pegar cada estampa en su recuadro correspondiente tendrá sus beneficios más adelante, al momento de ver un partido de futbol y recordar quién es el portero de Suecia o el volante por derecha de Senegal.
Además del álbum del Mundial, desde hace muchos años se publican los propios sobre la Eurocopa, la Copa América y la UEFA Champions League. Sin embargo, el futbol soccer no es el único deporte al que le dedican series de estampas. Anualmente se lanzan al mercado ediciones conmemorativas sobre la temporada inmediata de la NFL, la NBA y hasta la Fórmula 1.
Pero ahí no acaba la cosa. El éxito del fenómeno se ha sostenido al grado de que la empresa italiana, desde hace años, se dedica a comprar los derechos de un sinnúmero de series, películas y caricaturas para poder publicar un álbum conmemorativo. Desde los Avengers hasta Peppa Pig, pasando por Los Caballeros del Zodiaco y, recientemente, Toy Story 4, cada franquicia tiene su álbum y encuentra a sus coleccionistas.
Por ello no es raro que Panini, como gigante de la memorabilia, tan sólo en 2012 haya facturado más de 800 millones de dólares por las ventas de sus productos en 110 países.
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