La escalada deportiva es una actividad que ha adquirido presencia y popularidad en las últimas tres décadas. Desde entonces, y sobre todo en años recientes, no es raro encontrarse con gimnasios que cuentan con rocódromos, esos muros de triplay salpicados de piedras y agarres de escalada.
En ellos, hombres y mujeres proclives a la adrenalina —y a su vez a la inteligencia y a la toma de decisiones— desarrollan una serie de aspectos y habilidades motrices como la fuerza, la destreza y la resistencia.
Por esta razón, sus practicantes celebraron el anuncio que se realizó en 2016: junto al béisbol, al karate, al surf y al skateboard, la escalada deportiva se convertiría en uno de los cinco nuevos deportes con etiqueta olímpica a partir de la justa de Tokio 2020.
En esta primera edición estarán en disputa seis medallas, tres para la rama femenil y tres para la varonil. Para ganarlas, las y los competidores tendrán que sumar los resultados de su desempeño en las tres disciplinas: la modalidad Búlder o bloque, la modalidad de velocidad y las pruebas de dificultad o lead climbing.
En la primera prueba, la de bloque, los escaladores deben subir, sin contar con el apoyo de cuerdas, por rutas fijas en una pared que como máximo deberá tener 5 metros de largo. La clasificación será dada por el mayor número de rutas completadas en un tiempo determinado.
En la prueba de dificultad, los escaladores deberán realizar la ascensión de un muro difícil pero de no más de 12 metros de alto, decidiendo la ruta que mejor les convenga o consideren más lograble. Para esta prueba sí contarán con líneas de seguridad, y podrán consumar la ascensión en varios intentos dentro de un tiempo determinado.
Para la prueba de escalada de velocidad —quizá la más espectacular de todas— los escaladores se enfrentarán ni más ni menos que a un muro de 15 metros de altura, y deberán hacerlo en una trayectoria lineal, lo cual suele tomarles un tiempo de entre seis y ocho segundos.
Aunque será muy emocionante seguir el desempeño de los escaladores durante las olimpiadas, el formato de competición no tiene contento a muchos. Según expertos, la combinación de disciplinas no es atinada ya que poco o muy poco tiene que ver entre sí, tal como lo dijo Lluís Giner, el director técnico de la federación española de deportes de montaña y escalada:
«Han juntado tres modalidades tan diferentes que es como si en atletismo se eligiera el ganador haciendo el promedio del resultado de lanzamiento de jabalina, 100 metros planos y maratón».
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