Probablemente ya has visto ese video en tus redes sociales: un sujeto corre como desquiciado por una pista de tablones de madera que desemboca en un riachuelo. Al llegar al borde, el hombre brinca hacia una pértiga clavada en el lecho del río. Con el envión de la carrera, dicha pértiga —llamada polsstok— se endereza mientras el sujeto la trepa lo más alto que puede, consiguiendo que el centro de gravedad cambie y que ahora se inclinen ambos pero en la dirección contraria para, finalmente, caer del otro lado del río sobre una cama de arena.
Esta actividad se le conoce como Fierljeppen, y es considerada un deporte en Holanda. El término proviene del idioma frisón —hablado en algunas poblaciones de Dinamarca, Alemania y los Países Bajos—, resultado, ni más ni menos, de la unión del verbo saltar (ljeppen) y del adverbio lejos o más lejos (fier).
El origen de muchos deportes suele encontrarse en alguna actividad humana de la vida diaria, y el caso del Fierljeppen no es la excepción. Los ganaderos de los Países Bajos —en específico, los habitantes de la provincia de Frisia— cruzaban los múltiples ríos que atravesaban sus tierras de cultivo, y lo hacían ayudándose con una vara larga.
Se sabe que la primera competencia formal se realizó en 1771, si bien la consolidación del deporte, con sus normativas y especificaciones, se dio hasta 1975.
En Alemania se practica el fierljeppen como una mera atracción turística, sin embargo, actualmente, en los Países Bajos se celebran torneos anuales en una cofradía llamada National Fierljeppen Manifestation. Bart Helmholt posee el record vigente, luego de saltar una distancia de 21.51 metros.
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