La serie documental de Netflix sobre la vida de Aaron Hernandez, exfutbolista de los Patriots, puso una vez más sobre la mesa de discusión un caso de salud física de gran importancia que se vive, desde hace ya varios años, en la NFL: la encefalopatía crónica traumática (CTE por sus siglas en inglés).
El futbol americano es un deporte eminentemente de contacto entre deportistas y ha dejado, en muchas ocasiones, secuelas que han provocado no solo afectaciones graves a la salud de grandes exjugadores, sino el suicidio de los mismos.
La enfermedad que aterroriza a la NFL cobró exposición mediática tras la película en la que se revela el caso de Mike Webster, exjugador de los Pittsburgh Steelers, quien fue encontrado muerto en su camioneta en 2002.
Fue el doctor Bennet Omalu quien, con el paso del tiempo, descubrió patrones de comportamiento suicida en otros jugadores que lo llevaron a estudiar el padecimiento más a fondo:
Justin Strzelczyk comenzó a escuchar voces en 2004; el día de su muerte manejó a toda velocidad hasta estamparse en un depósito de ácido que ocasionó una explosión.
En 2005, Terry Long, ex jugador de los Pittsburgh Steelers, se suicidó a los 45 años bebiendo anticongelante. Un año más tarde, Andre Waters, de 44 años, se dio un tiro en la boca.
En 2011, Dave Duerson, de 50 años, se suicidó de un disparo en el pecho y dejó una carta de con el mensaje ‘estudien mi cerebro’. Al año siguiente, Junior Seau, de 43 años, se suicidó de la misma manera con la intención de que su cerebro quedara intacto para que pudiera ser analizado. Ese mismo año, Jovan Belcher asesinó a su novia y después se suicidó.
En 2015, Tyler Sash murió de una sobredosis; con la misma suerte corrió Daniel Te’o-Nesheim, quien tras beber alcohol y consumir pastillas, falleció a los 30 años, en 2017.
Aaron Hernandez se suicidó en la cárcel el 19 de abril de 2017 a los 27 años; luego de que su cerebro fuera estudiado, resultó ser la persona más joven en tener encefalopatía crónica traumática.
Tras haberse dado a conocer varios casos con CTE, hubo jugadores que abandonaron la NFL pese a las pérdidas millonarias que la decisión representó: Chris Borland y Patrick Willis, ex San Francisco 49ers; Jason Worilds, ex Pittsburgh Steelers, y Jake Locker, ex Tennessee Titans.
Algunos de los casos detectados han sido estudiados por la Universidad de Boston, y sus investigaciones han informado que en el 99 por ciento de los cerebros donados por exjugadores de la NFL ya fallecidos se encontró vínculo con la CTE.
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que se produce principalmente por la presencia de lesiones cerebrales traumáticas repetitivas y esta no solo afecta a los jugadores de futbol americano, pues también se han documentado casos en atletas que realizan otros deportes de contacto como boxeo o hockey.
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