Desafortunadamente, tal parece que a México se le da por destacar en las listas poco decorosas. Nuestro país es el primer lugar en obesidad infantil (y segundo, de hecho, en obesidad de adultos, sólo por detrás de los Estados Unidos), así como primer lugar en consumo de refrescos.
Del mismo modo, y al menos de entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, somos el primer lugar en embarazos no deseados, el primer lugar en bullying en educación básica, primer lugar en secuestros, y un no tan corto como vergonzoso etcétera.
En relación a esta tendencia, la pandemia ha venido a exhibir muchas de nuestras dolencias como país y sociedad. A pesar de que la Jornada de Sana Distancia se implementó durante poco más de dos meses, no todos la cumplieron al pie de la letra.
Unos, los dispensados, porque simple y llanamente no podían —“si no salgo, no como” argumentaban con triste pero justa razón—, pero los otros porque no tomaron el asunto con la seriedad necesaria. Esto abonó a que la curva de la epidemia se disparara, catapultando a México al top diez de países más disminuidos por el COVID-19.
Algunos gremios se revelaron particularmente afectados; uno de ellos, el futbol, y en específico la Liga MX, fue de los que dieron mal ejemplo.
Todo comenzó cuando Alberto Marrero, el presidente del Atlético San Luis, anunció que se había contagiado. Luego se dio a conocer la noticia de que el mismísimo presidente de la Liga MX estaba enfermo. De pronto, los equipos comunicaron que harían pruebas a los integrantes de sus planteles y, en pocas semanas —hasta el momento en que se escribe este artículo— más de tres decenas de futbolistas, directivos o miembros del staff han dado positivo a la enfermedad, convirtiéndose en la liga de fútbol con más contagiados en el mundo.
El Santos Laguna ha sido el club más afectado, con quince casos positivos, de entre los cuales llamó la atención el del portero Jonathan Orozco, luego de que se publicaran unas fotografías en redes sociales en las que aparece cantando a todo pulmón en una fiesta en pleno confinamiento.
Los Diablos Rojos del Toluca informaron de siete casos positivos de COVID-19, y el Puebla notificó de tres miembros más.
Por su parte, el León anunció siete casos, mientras que el Cruz Azul avisó de dos, al igual que los Pumas de la UNAM, estos últimos uno en su equipo femenil y otro en el varonil. Las Chivas, los Tigres, los Rayados, los Gallos Blancos y el Necaxa sumaron uno cada uno. El América, sin embargo, fue de los pocos que reportaron saldo blanco.
Con nombre y apellido, o bien con su identidad oculta, lo cierto —lo bueno— es que, según lo informado por sus clubes, todos los contagiados se han recuperado satisfactoriamente.
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