
Cuando alguien escucha la palabra “esquiar”, es probable que lo primero que le venga a la cabeza sea una montaña en Suiza o un ski resort en Aspen o Vail, y no precisamente algún paraje en Coahuila o Zacatecas.
Debido a su ubicación geográfica y a sus relieves, nuestro país es rico en diversidad de ecosistemas, entre los que se encuentran bosques nublados y templados, selvas, pastizales, praderas, manglares y desiertos, entre otros, aunque adolece de algunos de los más fríos, como la tundra o las altas montañas nevadas, siendo estas últimas el paraíso de los esquiadores.
No obstante, algunas zonas de la República, sobre todo en las más altas, cuentan con nieve durante, por lo menos, un par de meses al año, y mal que bien es posible practicar este deporte, aún a pesar de que existe poquísima infraestructura para hacerlo. Estas son algunas opciones:
Bosques de Monterreal: La “Suiza mexicana”
Situado en la Sierra de Arteaga, entre las ciudades de Saltillo y Monterrey, Bosques de Monterreal es el primer centro de esquí en México, y en el que podrás practicarlo los 365 días del año.
Con sus 800 hectáreas de extensión, se ha convertido en un secreto a voces gracias a sus hermosas vistas, sus sorprendentes instalaciones y la joya de la corona: una enorme pista de esquí seco, la primera en toda América Latina, de casi un cuarto de kilómetro de longitud y 20 grados de inclinación.
Durante diciembre y enero es posible esquiar con nieve natural, si bien el resto del año puede seguir utilizándose gracias al material con el que está hecha. A un costado se encuentra otra pequeña pista de aprendizaje de 45 metros de largo, ideal para que los no avezados hagan sus pininos en el deporte.
Pico de Orizaba: La opción extranjera
El Citlaltépetl o Pico de Orizaba, con sus más de 5 mil 636 metros de elevación, es la montaña más alta de México, y la favorita de muchos esquiadores canadienses y estadounidenses durante la “shoulder season”, periodo entre el verano y el invierno en el que aún no empieza oficialmente la temporada de esquí.
La cima del Pico de Orizaba se encuentra cubierta de nueve casi todo el año, pero durante la temporada invernal, en las faldas de la montaña, es posible encontrar buenas condiciones para practicar esquí y snowboarding.
Eso sí, ten cuidado y no te confíes, ya que el grosor de las capas de nieve no son uniformes como en las montañas nevadas canadienses, por lo que es importante aprender a leer las variaciones para evitar algún accidente.
Nevado de Toluca: Para expertos
Ubicado en el Estado de México, entre los valles de Toluca y Tenango, este volcán es mundialmente famoso por ser el único cráter al que se puede acceder por carretera. Sin embargo, para el caso de los esquiadores, las facilidades acaban ahí, ya que, si bien durante la temporada de frío es posible deslizarse en esquís o en tabla de snowboard, lo cierto es que no hay ningún tipo de instalaciones que te ayuden a subir tu equipo, por lo que hay que escalar cargándolo.
Años atrás se pensó en la construcción de un complejo de esquí en las faldas del volcán, e incluso había ya inversionistas interesados. No obstante, el gobierno no dio su apoyo debido al impacto ecológico que tendría el proyecto, y este terminó en el cesto de la basura.
Otras opciones: la aventura
Si lo que buscas es encontrar un terreno nevado para hospedarte en una cabaña, hacer senderismo, tirolesa, jugar un rato con tu tabla o esquiar de forma amateur, existen muchos lugares en el centro y norte del país. Considera, por ejemplo, visitar Mexiquillo, en Durango; Sombrerete, en Zacatecas; el parque nacional de La Malinche, entre Puebla y Tlaxcala; y hasta la ruta del Chepe o la Sierra Tarahumara, en Chihuahua.
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