Nadie que haya braceado en una alberca profesional puede pugnarle a Michael Phelps el título de mejor nadador de todos los tiempos. Su asombrosa carrera incluye seis plusmarcas mundiales, 33 medallas en competiciones mundiales y 28 medallas olímpicas, lo que lo convierte en el atleta olímpico más laureado de la historia. Este último logro parece imbatible, tomando en cuenta que el récord anterior lo mantuvo, durante más de 48 años, la gimnasta ucraniana Larissa Latynina, con 18 preseas. Phelps posee tantas medallas olímpicas doradas que, si se le incluyera en el ranking mundial, ocuparía el lugar número 32 de las 206 naciones reconocidas por el Comité Olímpico Internacional.
Los inicios del ‘Tiburón de Baltimore’ tuvieron como escenario las piscinas del vecindario de Rodgers Forge, en Towson, Baltimore. Phelps comenzó a nadar a los 7 años a razón de que esta actividad le ayudaría a controlar su trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Años más tarde, en su autobiografía, confesaría que se refugiaba en la natación para no tener que escuchar discutir a sus padres, quienes a la postre se divorciarían.
Bob Bowman descubrió el potencial de Phelps y se lo llevó a entrenar al North Baltimore Aquatic Club. Pronto se convirtió en un segundo padre para Phelps. Fue él quien lo entrenó para que a los 15 años participara en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 en los que, si bien no ganó una medalla, logró un honroso quinto lugar de la final de 200 mariposa, siendo en el nadador más joven de la competición.
A partir de ese momento su carrera fue en meteórico ascenso. En 2001, con sólo 16 años, ganó su primer título absoluto en el Mundial de Fukuoaka, en donde estableció un nuevo récord mundial para convertirse en el plusmarquista más joven de toda la historia. Por si esto fuera poco, meses después mejoró su propia marca.
En década y media cosechó todos los títulos y preseas a los que un nadador profesional puede aspirar. «No me gusta ser el segundo en nada» declaró alguna vez, coherente con sus 23 medallas olímpicas de oro por sólo tres de plata y dos de bronce.
Hoy en día, a sus 36 años, Michael Phelps está felizmente retirado. Es padre de dos hijos, superó su adicción al alcohol y se concentra en la Fundación que lleva su nombre, la cual busca fomentar la natación y la vida saludable. Recientemente declaró: «He terminado mi carrera en un punto alto. Es lo que siempre quise hacer, ese capítulo está cerrado«, descartando así la posibilidad de volver a competir en los JJOO de Tokio 2020.
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