Fuerza y pasión, el equilibrio que se necesita para dominar al hielo como elemento. Los juegos Olímpicos de Beijing han sido un espectáculo estremecedor para el público mexicano gracias a Donovan Carrillo, el patinador artístico que ha hecho brillar al país en los juegos de invierno.
Donovan es originario de Guadalajara, ciudad de la que tuvo que emigrar debido a la falta de condiciones favorables para su entrenamiento deportivo. En toda la ciudad no había una pista de hielo adecuada para su práctica profesional, por lo que se mudó a la ciudad de León para poder cumplir su sueño. Este no es el único caso en que un deportista se ve en la necesidad de cambiar de residencia por falta de equipo profesional, desgraciadamente.
El patinaje artístico es la disciplina con más tiempo dentro del programa de los Juegos Olímpicos de Invierno, pero no en todos los países es popular. La falta de infraestructura para entrenar este deporte ha dificultado que los mexicanos lo practiquen y todavía más, que lo dominen. Donovan se ha enfrentado a esto junto a su entrenador, a sabiendas que por 30 años no hubo otro mexicano clasificado a los Juegos Olímpicos Invernales.
Aun así, Donovan se ha esforzado por homenajear la cultura mexicana en sus competencias, interpretando canciones de mariachi, de Juan Gabriel, entre otros sones folclóricos de los mexicanos. Tras su magnífica participación, que ha logrado romper sus récords personales, el nombre de Donovan se repite incansablemente.
Ahora, entre los reflectores de todo el mundo, el tapatío brilla en un deporte casi ausente en su país de origen. Su trabajo es cautivante en distintos niveles, pues la disciplina le permite transmitir una sensibilidad artística que no todos los deportes necesitan. Ese elemento, el de la creatividad, es el que ha logrado que tantas personas ajenas al tema se vean interesadas en sus piezas de patinaje.
Todos queremos saber más de él, el joven que patina como hablando en un idioma desconocido y bello. Donovan no sólo está haciendo historia fuera del país, sino que ha logrado posicionar al patinaje en el centro de la discusión del país. Esperemos que esta nueva emoción ayude a que el deporte sea más conocido, que más personas quieran practicarlo y que, profesionalmente o no, México se involucre más en el patinaje artístico. Su participación inolvidable en los Juegos Olímpicos no es el final del sueño de un deportista, sino el inicio de muchos otros soñadores, a los que Donovan ha inspirado.
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