La actual pandemia de coronavirus ha generado cambios muy radicales en la forma en que vivimos, pero hay uno específico que de verdad parece estar causando estragos. Nos referimos, obviamente, a la cancelación o suspensión de eventos masivos, entre ellos, los eventos deportivos como es el caso de las olimpiadas.
Este año, estaba contemplado que los Juegos Olímpicos se realizarían en la ciudad de Tokio entre el 23 de julio y el 8 de agosto, pero la emergencia sanitaria obligó a los organizadores a reconsiderar esa opción y posponerlos hasta nuevo aviso, dejando en la incertidumbre tanto a los aficionados como a los propios organizadores, pues tanto el gobierno de Japón, como la alcaldía de Tokio, han destinado sumas millonarias desde hace cuatro años para preparar el evento deportivo.
Desde que comenzó a propagarse el brote de COVID-19, en febrero del 2020, la suerte de los juegos comenzó a ser motivo de polémica. En un desplante de la característica soberbia occidental que terminaría por provocar la diseminación global del virus, Shaun Bailey, candidato conservador a la alcaldía de Londres, propuso que si la pandemia se salía de control en países asiáticos, el Reino Unido podría prestar las instalaciones de las olimpiadas de Londres de 2012.
Por supuesto que ahora, con el Reino Unido convertido en uno de los principales focos de infección y uno de los países con más muertes per cápita por COVID-19, la medida, que en su momento fue criticada con severidad por la alcaldesa de Tokio, Yuriko Koike, suena tremendamente ridícula y absurda.
Occidente no podrá salvar las olimpiadas, menos cuando la situación sanitaria parece ser peor en ese hemisferio que en el lejano oriente, donde nació. Sin embargo, la olla sigue sin estar para camotes e incluso Japón, que ha recibido elogios por su manera de atender la emergencia, sigue siendo un lugar inseguro para un evento como las olimpiadas.
¿Qué va a suceder entonces con los juegos? Convendría echar un vistazo a lo que ha sucedido históricamente en situaciones similares.
En 1940 las olimpiadas iban a realizarse en Helsinki, Finlandia (aunque, por cierto, la sede original era Tokio). Lamentablemente, estalló la Segunda Guerra Mundial y adiós olimpiadas. Lo mismo sucedió cuatro años más tarde cuando tentativamente se pensó en organizarlas en Londres. En ambos casos, por desgracia, el evento tuvo que cancelarse para siempre y esas olimpiadas ya no se pudieron recuperar.
Hoy, por fortuna, los especialistas han señalado que para finales del año en curso podríamos tener una vacuna contra el coronavirus. De ser así, las olimpiadas de Japón podrían realizarse tal como se tenía previsto.
La cosa es que serían en 2021, aunque conservarían la nomenclatura de Tokio 2020 y, tres años después. volverían a realizarse en París.
De la manera que sea, que la fecha se modifique aunque se respete la nomenclatura original, es sin duda una situación histórica y sin precedente.
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