En muchos ámbitos de la vida, pero particularmente en el campo de lo deportivo, lo normal es aspirar a ser el mejor. No el «casi mejor», ni uno de «los mejores», sino «el mejor» con todas sus letras.
Permanecer perennemente en segundos o terceros lugares es tan lamentable, que en México incluso tenemos un verbo, humillante como pocos, para designar esa patética realidad: «cruzazulear».
Sin embargo, hay segundos lugares que ocupan el puesto con dignidad y se convierten en verdaderos pivotes o sidekicks sin los cuales el astro, el que acapara la atención y las cámaras, no sería nadie. Un ejemplo claro en este sentido es el basquetbolista Maurice «Scottie» Pippen.
Nacido en 1965, Pippen alcanzó la gloria de manera paralela a Michael Jordan, quien por entonces era el mejor basquetbolista de todos los tiempos. Al igual que Jordan, Scottie jugó para los Chicago Bulls, un equipo que, justo gracias a esa mancuerna, consiguió posicionarse como uno de los más icónicos de la NBA, a un nivel que quizá sólo pueda equiparársele con la fama de los Lakers.
Aún así, menos personas saben de Scottie que de Michael Jordan. Mientras al segundo la fama lo llevó incluso a películas donde juega junto a Bugs Bunny, al primero lo conocen principalmente en los circuitos de aficionados al baloncesto. Aún así, Scottie nunca se mostró inconforme y su habilidad le valió clasificar entre los cincuenta mejores basquetbolistas de toda la historia.
Algo interesante sobre Pippen, es que el mismo Michael Jordan ha reconocido que sus propios logros quizá no habrían destacado tanto de no ser por el trabajo de su compañero. La habilidad de ambos jugadores se considera clave para comprender el milagro de los Bulls y el hecho de que se convirtieran en uno de los equipos más destacados en la historia.
Si algo nos enseña su vida, es que no necesariamente hay que ser el mejor para que una carrera valga la pena. A veces los segundos lugares pueden vivirse de manera íntegra y digna. Después de todo, no hay Batman sin Robin, ni Michael Jordan sin Scottie Pippen.
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