Uno de los personajes más difíciles de definir es Bruce Lee; artista marcial, bailarín, filósofo, actor, cineasta y profesor. Bruce Lee cuenta con uno de los legados más memorables para los amantes de las artes marciales y el cine, pero poco se habla de sus intenciones de divulgación y pedagogía. Es por esto que Bruce Lee escribió un libro que se pudo publicar hasta después de su muerte.
El Tao del Gung Fu
Este libro fue posible gracias al trabajo del editor John Little, quien habría de partir de un montón de borradores y anotaciones que Bruce Lee dejó, para después darle forma. Little comenta que, habiendo términos e ideas que no eran totalmente comprensibles, hacía trabajo de investigación en el archivo personal de Lee.
En el libro, Lee aclara varios puntos sobre su manera de concebir al arte marcial. El libro no se enfoca sólo en el cuerpo, sino en la mente y el alma. Para Bruce Lee, las artes marciales eran también un camino filosófico imprescindible, y enseñarlo era una manera de democratizar al mundo.
Para Bruce Lee, las reglas en el arte marcial deben ser flexibles, adaptándose a las necesidades corpóreas y prácticas, evitando caer en el intelectualismo. Bruce compara al arte marcial con las lenguas: si bien, hay algunas que tienen muchos adornos y reglas gramaticales, las más simples y prácticas de aprender son las que tienen los suficientes años para “simplificarse”.
En general, en el libro abundan comparaciones y metáforas para explicar la filosofía de modo accesible. Es así como a través de las páginas, Bruce Lee nos lleva de la mano a través del taoísmo y el gung-fu.
Tras la muerte de esta figura, su legado se ha manifestado de distintas formas. Si bien, sus películas son altamente reconocidas y, algunas, consideradas de culto, sus investigaciones y aportes a las artes marciales también perdurarán.
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