Cada año las miradas del mundo quedan expectantes del resultado de las Olimpiadas, entre los que suelen esperarse diversos tipos de medallas y récords atléticos. Uno de los frutos de las Olimpiadas con un mérito distintivo al deportivo, son aquellas historias de amor que nacen a partir de estas competiciones. Aquí te compartimos un poco de una de nuestras historias favoritas, la de Roger Federer y Mirka Vavrinec.
En los Juegos de Sidney 2000, en el equipo de tenis suizo se gestaba más que el talento de toda una generación: un duradero romance entre dos de sus integrantes. En ese entonces, Roger Federer contaba con 19 años y era una de las promesas del tenis, aunque todavía no contaba con títulos en los circuitos ATP.
La magia en las villas olímpicas, los recintos en los que residen los atletas temporalmente durante los Juegos Olímpicos, es un tema sobre el que se ha escrito bastante. Este lugar en el que convergen jóvenes de todo el mundo ha cambiado vidas, influyendo también en el desempeño de muchos deportistas. Es ahí donde el joven Roger se encuentra con Mirka, con quien empezó a platicar imparablemente. Todos los de su equipo hablaban de lo sucedido y, algunos como Sven Groeneveld, le aconsejaban a Roger que no debía estar con Mirka por su corta edad. Además, esos no eran momentos para seguir al corazón, nada de eso tiene lugar cuando lo importante es concentrarse en la cancha. Cabe resaltar que ella tenía 24 años, mientras que Roger 19; una diferencia pequeña pero importante en ese momento. Roger desobedeció a lo aconsejado (parcialmente) y el último día se besaron y sellaron su destino.
«La realidad es que en esas dos semanas en Australia construimos una hermosa química. Y el último día, cuando todos partíamos a distintos destinos, llegó eso que fue algo más que un beso. Derivó en algo extraordinario para los dos». Compartió el tenista sobre el tema.
Es por esto que cuando 9 años después Roger anunció su casamiento de forma espontánea, nadie se sorprendió. A pesar de que lo hicieron en una ceremonia discreta, su amor era ya protagonista en el mundo deportivo, con el anuncio de su primer bebé o, mejor dicho, bebés. Myla y Charlene nacieron algunos meses después y, en el 2014, tuvieron otra pareja de mellizos: Leo y Lenny.
Ahora, con casi 15 años de casados, Roger y Mirka disfrutan de su retiro de las canchas y están muy involucrados en la fundación. ¿Será que este año veremos nacer otra historia de amor?
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