Su nombre es Jonathan Dwight Jones, tiene 21 años, y es un larguirucho peleador de 193 centímetros de altura. Sus compañeros de gimnasio le apodan ‘Bones’ (huesos) por sus impredecibles y potentes golpes con las rodillas y los codos. Pelea en el Battle Cage y se entrena al máximo para ser luchador profesional de artes marciales mixtas.
Entrena y, sobre todo, reza para ello, puesto que Jon y su familia se conducen por la vida a la sombra de su religión.Por eso lleva tatuado en el pecho «Filipenses 4:13», el versículo favorito de su hermana que murió de cáncer a los 18 años: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».
Tiene otro tatuaje, unos caracteres chinos que, creía, representaban el nombre de ella, pero que, descubriría más tarde, en verdad significan ‘guerrero pacífico’. Casi una ironía bajo su piel.
Jon está al tanto de la pelea entre André Gusmão contra Tomasz Drwal cuando se entera que este último abandona por lesión. Entonces alguien se comunica con él para proponerle que tome su lugar. Jon no lo puede creer. Acepta de inmediato, a pesar de que faltan sólo dos semanas para el combate.
El debut soñado de Jon ‘Bones’ Jones en la Ultimate Fighting Championship (UFC) se produce el 9 de Agosto del 2008. Su actuación es espectacular, y luego de dar una cátedra de derribos, codazos y patadas voladoras, gana por decisión unánime. Abróchense sus cinturones porque el cohete está por despegar.
Cinco meses después le gana por decisión a Stephan Bonnar y luego somete por guillotina a Jake O’Brien. Frente a Mat Hamill, los árbitros deciden descalificarlo por supuestamente usar los codos en picada, en un movimiento ilegal. No importa. Su calidad está probada y en breve está de nuevo en el octágono de mayor prestigio.
Vence a Brandon Vera y a Vladimir Matyushenko por nocaut con sendos codazos, la marca de la casa. Somete a Ryan Bader y desmaya a Mauricio Rúa, esta última pelea es por la que obtiene su primer cinturón y se convierte en el campeón de peso semipesado de UFC más joven en la historia. Jon sólo tiene 23 años y ocho meses. Entonces, sí, no hay quien lo pare.
Defenderá exitosamente su título frente a Quinton ‘Rampage’ Jackson, Lyoto Machida, Rashad Evans, Vitor Belfort, Chael Sonnen, Alexander Gustafsson, Glover Teixeira y Daniel Cormier, su futuro archirrival, hasta que la máquina se desrriela, casi literalmente: Jon se ve involucrado en un accidente de tránsito, del cual huye, dejando a una persona malherida.
Por esta irresponsabilidad es suspendido de la UFC de forma indefinida y le retiran el título. Las cosas van de mal en peor. Le retiran la suspensión pero antes de la revancha pactada con Cormier, este se retira por lesión y, en su lugar, Jon pelea contra Ovince St. Preux por el título interino de semipesados. Lo gana por decisión, y parece que su carrera comienza a retomar el buen camino.
Sin embargo, en julio del 2016, dos días antes de que se celebre el UFC 200, y justo cuando parece que, por fin, se llevará a cabo la esperadísima pelea con Cormier por el título de semipesados, Jon es suspendido luego de arrojar positivo en la prueba antidopaje y es retirado de cartelera. Anderson Silva lo suple y el mundo parece venírsele encima. Nike le retira el patrocinio, luego de que ser el primer competidor de artes marciales mixtas en ser auspiciado por la marca de la palomita.
No se rinde y vuelve de la suspensión en 2017. Nuevamente, se pacta la pelea con Daniel Cormier. Por fin se enfrentan y Jon gana. Ha recuperado su ansiado título de campeón. Se trepa al enrejado del octágono y aúlla como un lobo herido. Pero la celebración le dura poco. Se anuncia que el cinturón de campeón le es retirado por dar positivo a Turinabol, un esteroide anabólico. Se le realizan un par de pruebas más, y estas arrojan positivo.
De forma oficial, la Comisión Atlética del Estado de California revierte el resultado de la pelea a un ‘sin resultado’. Dana White, presidente de la UFC, le devuelve el título a Daniel Cormier.
Jon se mantiene fuera de toda competición por casi 14 meses, hasta que reaparece en el UFC 32 para la revancha con Alexander Gustafsson por el título vacante de peso semipesado al que Cormier renuncia por preferir defender únicamente el de peso pesado. Jon gana la pelea por nocaut y vuelve a ser campeón semipesado de la UFC.
Defiende su querido cinturón frente a Anthony Smith en el UFC 235 y, con todo y polémica por un rodillazo ilegal, gana por decisión unánime.
Alejado tanto de la cocaína como de las sustancias anabólicas, Jon espera recuperar la estabilidad y el dominio que alguna vez demostró. Si Jon Jones está en forma, no hay nadie que lo venza. El único rival de Jon Jones es Jon Jones. Dana White declaró dos años atrás: «Jones es probablemente el mejor de todos los tiempos». Y White, como el artífice de este deporte, algo sabrá del tema.
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