Tanto Cristiano Ronaldo como Leonel Messi destacaron durante la temporada mundialista, pero su éxito en el Oriente Medio traspasa a la Copa Mundial. De diferente manera, ambos lograron contratos tan envidiados como criticados.
El cambio de camiseta, residencia y tradición de Cristiano Ronaldo le ganó la no despreciable cifra de alrededor de 200 millones de euros al año, además de pagos adicionales. No sólo estará jugando para Al-Nassr, sino que hará el trabajo de una especie de embajador, abogando por el país en la disputa por la Copa del Mundo 2030.
Las críticas empezaron a llenar las redes de fanáticos y profesionales del fútbol, poniendo en duda la integridad de CR7. Es difícil decirle que no a una suma tan impresionante de dinero, pero ¿de qué manera impacta negativamente esta decisión al deporte?
Para muchos analistas, el renunciar al nivel de fútbol (porque participará en una liga sin mucha historia) es un movimiento que afecta al crecimiento de la disciplina del deporte. Sin embargo, existen defensores de Ronaldo, quienes afirman que el dinero es, en general, el motor del deporte y de cualquier profesión. Para ellos, es un poco hipócrita criticar a Cristiano y al mismo tiempo disfrutar del Mundial 2022.
Sin embargo, algo es cierto: disfrutar del juego de CR7 será algo complicado y diferente. Su nivel de habilidad no se verá presionado y el protagonismo que tendrá en la liga nacional será más simbólico que práctico, como una especie de muestra del poderío que otorga la capacidad adquisitiva.
Esto se da después de que Lionel Messi fuese nombrado embajador de Oriente Próximo. Este fenómeno parece ser parte de un gran esfuerzo por posicionar al Medio Oriente en el mundo deportivo.
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